Quien dijo que fuera a ser sencillo dar el primer paso… A veces, todo lo contrario, es el más difícil de todos. Es con la anda-dura de los pasos, el primero.. el segundo.. el quinto.. el sexto.. que esos pasos se vuelven cada vez más fáciles de dar. Surgirán impedimentos, escalones con los que tropezarse, muros con los que estamparse una y otra vez. Creo que nadie lo niega. Y es, y será así.
Pero si no das los primeros pasos, no aprenderás nunca a caminar. Hay que dar el primer paso. Pero tarde o temprano, llegará un momento, un tiempo, en el que en lugar de solo andar, corramos. Que, en lugar de solo correr, nos embalemos. Que, en lugar de solo embalarnos, volemos. Y atrás, muchas veces con desapego y desasosiego, en la memoria, quedarán en un baúl de los recuerdos, en un viejo cajón de sastre, aquellas sensaciones de lo difícil y duro, de lo raro quizás también, que nos fue y resultó dar ese primer o primeros pasos del principio, los cuales, al fin y al cabo, han sido importantes para traernos a donde estamos hoy, y para llevarnos a donde queremos ir.
Sin embargo, todo comienza con ese primer paso.
Así como cuando se realiza el primer movimiento en una partida de ajedrez, donde contrariamente a lo que pueda parecer para muchos, no siempre las piezas blancas llevan ventaja sobre las negras, al empezar una partida. Muchas veces, es más sencillo ganar una batalla andando a remolque, contestando y reaccionando a indicios, aprovechando las primeras pistas que nos ofrece el ir con más o menos retraso.
Todo comienza con ese primer paso.
Así, como cuando se coloca una primera carta en un castillo de naipes. ¿Quién sabe si no es siempre la última carta, sino la primera, la que fue tan bien colocada, que hace que dicho castillo siga siendo estable sin caerse al suelo todas las demás cartas? ¿Quién sabe si no es siempre la última carta, sino la primera, la carta que aguanta el castillo de cartas entero, la carta de la victoria en ese torneo de castillos de naipes, la carta que abre el camino al mundo nuevo que trae la victoria?
Con la publicación de hoy, aprovechando que es la primera en este especio web/blog, quería hacer esta pequeña “Oda”, una especie de homenaje, a la importancia que tienen esos primeros pasos a la hora de embarcarse en una nueva aventura, de empezar algo que nos resulta completamente nuevo y desconocido. Ese primer paso que hay que tomar con cierto valor y con respeto, mirando desde el borde, hacia el abismo. Es en esos momentos, donde se han llevado a cabo muchas de las pequeñas y grandes decisiones en la historia de la humanidad. Donde han tenido y siguen teniendo comienzo, la simplicidad de una idea pequeña, a partir de la cual se van engranando y creciendo algo, que sin duda puede ser “lo más grande”.
También grande, se me ocurre pensar que es, lo que puedes perderte por no dar nunca ese primer paso, y lo que puedes perder por dar el paso equivocado.
Pero incluso así, después de este primer paso, hay que seguir caminando y luchando en el día a día. Al mismo tiempo, construyendo un mundo que sea mejor, cada vez más eficiente, sostenible y limpio, con más zonas verdes. Hay que seguir la dirección acertada, e ir poco a poco ganando la partida. Hay que ser consciente, de la importancia de 1 primer paso para el cambio del mundo.
Siempre hay que poner toda la carne en el asador y poner lo mejor de nosotros. Nunca olvidar los retos y metas que tenemos por delante y que nos proponemos. Hay que pasar por la transformación, adoptar lo que nos ayude a evolucionar, todo ello para salir refortalecidos.
